viernes, 20 de mayo de 2011

ASTRID Y VERÓNIKA



Astrid y Veronika
Linda Olsson
Ed. Salamandra
Barcelona 2009



El pasado miércoles 18 de mayo nos reunimos por última vez este curso. En esta ocasión el libro comentado era "Astrid y Veronika" de Linda Olsson. De nuevo una novela nórdica, lo que nos ha llevado a hacer algunas comparaciones entre esta y la novela que comentamos en la pasada reunión "La casa del mirador ciego".

Nos ha parecido una novela optimista y positiva, aunque al principio no pudiera parecerlo. Esta obra te enseña que siempre hay un camino, un lugar y, sobre todo, alguien esperándote a quien hacer cómplice de tus inquietudes, tus miedos y frustraciones, pero también de tus ganas por cambiar.

Todo el libro gira en torno a dos protagonistas, Astrid y Verónika. Dos mujeres que en un momento de su vida se encuentran. Son personajes muy diferentes. Verónika es una mujer joven que llega a un pueblo apartado, después de sufrir la pérdida de su amor. Desea escribir un libro sobre él y cree que en este lugar encontrará la inspiración que necesita. Todo nos hace pensar que ella va a ser la protagonista absoluta del libro. Pero para sorpresa del lector, poco a poco va apareciendo la figura de una mujer anciana, Astrid. A diferencia de Verónika, ella no ha salido del pueblo, parece que su existencia ha sido aburrida e insulsa. Nada más lejos de la realidad. A lo largo de la novela ella es quien lleva la voz cantante. Nos va desvelando una vida llena de amargura y tristeza, una vida terrible marcada desde su infancia por la ausencia de su madre. Estaba sola y quería seguir estándolo, había sido su elección. Dejaba que todo a su alrededor se desmoronara como si no le importara nada.

"Mantenía el pasado a raya. No había futuro, y el presente era un vacío en calma donde existía físicamente, pero sin presencia emocional"

pag. 21



Veronika, en todo este entramado de recuerdos de Astrid, parece una mera oyente, es la excusa que da pie a Astrid a abrir toda su existencia. Hasta tal punto es así que, al final de la novela, conocemos muchísimos detalles de la vida de Astrid, pero no de la de Verónika. El personaje de Astrid es, sin duda, mucho más profundo y rico que el de Verónika.

Un comentario aparte merece La casa. El papel que la casa de Astrid representa en la novela es como el de ella misma. Comienza siendo un lugar triste, abandonado, solo, pero, poco a poco, la casa y su moradora van abriéndose al mundo, despertando y sitiendo unas ganas de vivir y de ser vivida que nos llevan al final con una sonrisa y un recuerdo feliz para ambas.



"la casa y yo nos convertimos en una sola cosa. Se transformó en mi piel. Mi protectora. Ha oído todos mis secretos; lo ha visto todo"

Pag. 40


Al final de la novela queda claro que tanto Verónika como Astrid, dos personajes en soledad,

encuentran en la otra lo que siempre les ha faltado, Astrid a su hija y Verónika a su madre.

Paradógica la figura de la madre en las novelas nórdica que hemos leído. Siempre está ausente, aunque no siempre de una forma física. Este detalle nos llama enormemente la atención a todas. Contrariamente a la cultura hispana, mucho más maternal, si así se puede llamar, en la cultura nórdica parece mucho más fuerte la figura del padre, aunque su presencia la mayoría de las veces es negativa.
Una de las cosas que más nos ha gustado ha sido la carta final. Es todo un alegato por la vida, por disfrutar de lo que te ofrece el mundo. Vive como quieras, haz lo que quieras con la casa, le dice Astrid a Verónika, pero sobre todo, sé tú misma, vive por tí.


"... pues el día eres tú,

y la luz eres tú,

el sol eres tú,

y la hermosa, hermosa

vida que nos aguarda eres tú"

pag. 209

Sin duda un precioso final para una preciosa novela.