miércoles, 22 de octubre de 2014

APACHES


Miguel Sáez Carral
Ed. Planeta

En nuestra reunión de este curso nos hemos encontrado con Apaches.

Esto no es una novela, no es un relato, es un guión de serie de televisión. Es fácil reconocer cómo será la serie, cuáles las escenas, la situación de los personajes, todo. Pero no será una buena serie de televisión, sino una de esas series que tanto abundan en la tele-basura, repleta de series preparadas para que la gente no piense, en las que se les da todo ya hecho. Se trata de tener a la gente entretenida, “panem et circenses”  decían ya los romanos.

Todo en el libro es superficial. El lenguaje es pobre, sencillo, sí, pero insustancial. La forma de escribir es lineal y no aporta nada al lector. Las escenas son  monótonas y repetitivas. En una buena novela sobrarían más de la mitad, pues todo es un volver y volver a lo mismo.

No profundiza en la psicología de los personajes, que debería ser muy compleja, dado el mundo en el que se mueven y las circunstancias que los rodean.  Ni siquiera el protagonista está bien trabajado,  intentando ahondar en cuáles son sus sentimientos y sus motivos reales.
Es un libro maniqueo. Por un lado los “buenos”, el padre, Miguel, su banda; por otro los “malos”, los timadores del padre, la banda del Chatarrero, y en un lugar perdido, los que no pertenecen a ese barrio, la policía, los periodistas…, que son tratados como “tontos”.
Es curioso, pues “los buenos”  son en realidad  tan malos como los “malos”.  Si en algún momento el autor pretendía que nos pusiéramos de parte de Miguel y su banda, no lo consigue. En realidad estás deseando que la policía, por fin, los atrape. Es irreal la historia. Presenta una sociedad donde los crímenes quedan  impunes. Ellos son los buenos y no pueden ser castigados por una ley que no es “la ley del Barrio”

No nos gustan los valores que quiere transmitir, no hay mensajes positivos, no se valora el esfuerzo, el trabajo, se banaliza a la policía, a los periodistas y a todos los que de una manera u otra puedan entorpecer “sus buenas  acciones”.
Las 660 páginas de este libro no pueden ser más que una imposición de la editorial. Hay que mantener al lector mucho tiempo entretenido, pues para eso pagan  los 21 euros que cuesta. Igual que la publicidad en televisión.

Si de verdad es autobiográfica, no hay nada más autobiográfico en el libro que cuando el protagonista dice
 “voy a hacer un guión para una teleserie y me voy a forrar”. 
Sin lugar a dudas, esto es lo más creíble del libro.

En definitiva NO NOS HA GUSTADO.