Ed. Planeta
En nuestra reunión de
este curso nos hemos encontrado con Apaches.
Esto no es una novela,
no es un relato, es un guión de serie de televisión. Es fácil reconocer cómo
será la serie, cuáles las escenas, la situación de los personajes, todo. Pero
no será una buena serie de televisión, sino una de esas series que tanto
abundan en la tele-basura, repleta de series preparadas para que la gente no
piense, en las que se les da todo ya hecho. Se trata de tener a la gente
entretenida, “panem et circenses” decían
ya los romanos.
Todo en el libro es
superficial. El lenguaje es pobre, sencillo, sí, pero insustancial. La forma de
escribir es lineal y no aporta nada al lector. Las escenas son monótonas y repetitivas. En una buena novela
sobrarían más de la mitad, pues todo es un volver y volver a lo mismo.
No profundiza en la
psicología de los personajes, que debería ser muy compleja, dado el mundo en el
que se mueven y las circunstancias que los rodean. Ni siquiera el protagonista está bien
trabajado, intentando ahondar en cuáles
son sus sentimientos y sus motivos reales.
Es un libro maniqueo.
Por un lado los “buenos”, el padre, Miguel, su banda; por otro los “malos”, los
timadores del padre, la banda del Chatarrero, y en un lugar perdido, los que no
pertenecen a ese barrio, la policía, los periodistas…, que son tratados como
“tontos”.
Es curioso, pues “los
buenos” son en realidad tan malos como los “malos”. Si en algún momento el autor pretendía que nos
pusiéramos de parte de Miguel y su banda, no lo consigue. En realidad estás
deseando que la policía, por fin, los atrape. Es irreal la historia. Presenta
una sociedad donde los crímenes quedan impunes. Ellos son los buenos y no pueden ser
castigados por una ley que no es “la ley del Barrio”
No nos gustan los
valores que quiere transmitir, no hay mensajes positivos, no se valora el
esfuerzo, el trabajo, se banaliza a la policía, a los periodistas y a todos los
que de una manera u otra puedan entorpecer “sus buenas acciones”.
Las 660 páginas de este libro no pueden ser más que
una imposición de la editorial. Hay que mantener al lector mucho tiempo
entretenido, pues para eso pagan los 21 euros
que cuesta. Igual que la publicidad en televisión.
Si de verdad es autobiográfica,
no hay nada más autobiográfico en el libro que cuando el protagonista dice
“voy
a hacer un guión para una teleserie y me voy a forrar”.
Sin lugar a dudas, esto
es lo más creíble del libro.
En definitiva NO NOS HA
GUSTADO.