ABSOLUCIÓN
Luis Landero
Tusquets Editores. Colección Andanzas
Barcelona, 2012
En esta ocasión nos reunimos para
comentar el último libro de Luis Landero, Absolución.
Tan solo en una cosa estuvimos de
acuerdo. Se trata de un libro muy bien escrito. A nadie se le escapa que Luis
Landero es uno de los grandes escritores actuales españoles. Teniendo en cuenta
los momentos actuales, en los que parece que todo vale, da igual si se escribe
bien o no, es muy de agradecer leer una novela bien escrita.
Pero aquí se acaban todas
nuestras coincidencias. Algunas de nosotras ni siquiera fuimos capaces de
terminar el libro. En general nos pareció una novela monótona y aburrida. La historia
no nos enganchó en ningún momento. Tal vez el secreto está en no centrarse en la historia,
sino en tratar de buscar lo que con ella pretendía decirnos el autor.
Se trata de buscar y encontrar un
sitio en la vida, un lugar en el que cada cual sea quien quiere ser. Esta idea
está representada en el personaje protagonista, Lino, un hombre que no es capaz
de encontrar sentido a su existencia, alguien hastiado de todo lo que le rodea,
que se cansa enseguida. A nosotras nos ha parecido la imagen de todo aquel que
es incapaz de asumir responsabilidades y que, cuando se encuentra en la tesitura de tener
que tomar decisiones, escapa como un fugitivo. Ese es el centro de la novela,
llámese búsqueda o huida, Lino no sabe cómo dirigir su vida. Lo encontramos
claramente reflejado en su devenir, estudio tras estudio, trabajo tras trabajo,
y cuando parece que todo es estable y favorable a su persona, justo en el momento
en que debe dar un paso decisivo, de nuevo huye, desaparece y se muestra
incapaz de tomar una decisión.
Su trabajo en el hotel como
recepcionista nocturno parece el mejor escondite para alguien que no sabe, no
puede o no quiere entablar relaciones personales estables. Se muestra como un
insatisfecho.
A su alrededor se nos presentan
diferentes personajes, casi todos masculinos. Los personajes femeninos son muy
escasos, su madre y Clara, su novia. Ellas son las que representan la estabilidad,
pero a la vez las que le exigen la toma de decisiones y la asunción de
responsabilidades, algo a lo que no está dispuesto y por ello las deja
constantemente en la estacada.
Los personajes masculinos son un
tanto surrealistas. Su padre, un ser estancado en su enfermedad, el síndrome tóxico,
el señor Levin , que espera eternamente la reaparición de la mujer de su vida,
alguien que no va a volver, pero que a él le ha dejado aparcado en el pasado.
Mención aparte merece el personaje de Gálvez, un tanto rocambolesco, como una
aparición, alguien irreal.
Al final de la novela Lino cierra
su círculo volviendo a casa, parece que quiere afrontar los problemas, pero a
pesar de que afirma: “esta vez llegaré hasta el final”
a todos nos puede quedar la duda: “quizá te da
por huir en el último instante… - dijo el señor Levin”
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