Alice Zeniter
Ed. Salamandra, 2019
En general, esta novela nos ha gustado, aunque la parte
central parece un poco más aburrida.
Se trata de una novela sobre la historia
de la descolonización de Argelia. Por esto no parece literatura, más bien un documental.
Se trata de una lectura juvenil, que bien podría ser lectura para alumnos adolescentes
de un instituto. Su forma de narrar no es propiamente literatura, describe la acción,
hay muchos hechos y muchos datos.
La descolonización fue
complicada, de hecho es como un apartado en la historia de Francia que sigue
sin cerrar.
El punto de inicio de
la historia es el de la tercera generación, el de Naima. Esta es la generación
que no es de ningún sitio, tiene nostalgia de lo perdido y no ha ganado nada.
Naima representa a todos los que necesitan volver a la identidad perdida y por
eso quiere conocer la historia del abuelo, una historia que nadie quiere contar
pero que ella necesita saber para entender quién es y qué papel tiene que representar
en su vida.
Conocemos a Ali, el abuelo, que llega a Francia, habiéndolo
perdido todo, llega a un lugar donde no
es nada. No puede contar lo que le ha pasado porque ha perdido todo, hasta su
identidad. Su hijo y padre de Naima sobrevive como puede, intentando borrar su pasado,
pero eso hará que poco a poco se sienta vacío. Otra generación que no tiene cabida en esta
Francia que acoge y aísla y olvida.
Constantemente la crisis
de identidad. En realidad es un estereotipo
de lo que ocurre en situaciones como esta, en la que se trata de generaciones “implantadas”
en otros lugares.
Lo temas son muy actuales,
reflejan el “no ser de ningún sitio”. Gracias a los sentimientos de las
personas también podemos aprender sobre la historia, no solo a través de los hechos.
En definitiva, una
lectura muy recomendable.
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