sábado, 20 de febrero de 2010

LA SOLEDAD DE LOS NÚMEROS PRIMOS de Paolo Giordano



LA SOLEDAD DE LOS NÚMEROS PRIMOS

Paolo Giordano
Narrativa Salamandra
Barcelona, 2009

El pasado 13 de enero nuestro club de lectura se volvió a reunir. Esta vez el libro que iba a ser comentado era "la soledad de los números primos" de Paolo Giordano.
La primera impresión es que el libro ha gustado en general a todas. Es un libro de fácil lectura en el que el hilo conductor son los personajes. No existe acción fuera del propio crecimiento físico de los protagonistas.
A lo largo de todo el libro la soledad que aparece esbozada en un principio, se va ahondando cada vez más. Son como números primos, que cada vez están más aislados.



"Son parejas de primos sucesivos ... ya que entre ellos siempre hay un número par que les impide ir realmente unidos. Si se sigue contando, se descubre que dichas parejas aparecen cada vez con menos frecuencia. Lo que encontramos son números primos aislados, como perdidos..."


(pag. 123)

El mundo del libro queda reducido al vivir de los personajes: Mattia y Alice.
A todas nos pareció que estos personajes no se hacen querer, simplemente dan lástima. Los dos quieren ser infelices, no se dejan ayudar por nadie; incluso cuando la felicidad está al alcance de su mano, la rechazan. La rechazan cuando Mattia decide ir a trabajar a una universidad extranjera. Está tan cerca, casi la tocan, pero la dejan escapar. La dejan escapar definitivamente cuando él acude a la llamada de Alice; de nuevo no saben, no pueden o simplemente no quieren agarrarla y ser finalmente felices.
Pero al mismo tiempo es curioso observar que nadie intenta ayudarles a superar sus problemas y sus traumas infantiles, que les marcan toda la vida.
Tienen miedo a ser heridos, pero al mismo tiempo, también lo tienen a herir. Nunca dan oportunidades.


"las páginas de los libros ... nunca hacen daño ni uno puede hacerles daño a ellas"


(pag. 88)
Estas palabras, o más bien pensamientos, de Mattia definen perfectamente lo que sería su paso por la vida. Cada uno de ellos busca su soledad, el lugar en el que puedan ser invisibles, en el que nadie les pueda hacer daño. Mattia lo encuentra en los libros y en los números. Entes perfectos que nunca fallan. Alice lo hace en su negación a comer. De esta forma su cuerpo se volverá invisible y podrá hacer lo que quiera.
En ambos personajes es curiosamente destacable la ausencia de la madre. Está, pero no representa nada para ellos. Es una imagen difusa, una presencia inconstante.
Es el padre el receptor de todos los reproches. Son ellos, a su juicio, los auténticos culpables de su no existencia para el mundo.
Durante toda su vida han estado solos, han sido diferentes. Alice está sola entre la nieve cuando comienza la historia y acaba sola en el estanque. Nadie sabe dónde está, a nadie le importa.
Mattia, por su parte, tiene una existencia ausente. No deja huella en nada. Todo lo que le rodea es anónimo, impersonal. Es como si él no existiera. Cuando vuelve a su casa, ya no queda nada de él. En casa de Alice no hay nada que recuerde que una vez fue alguien importante en su vida.
Están solos, cada vez más alejados el uno del otro, como las parejas de primos gemelos, que en el devenir numérico poco a poco desaparecen.

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